Desde la quincena de enero Paty y yo convenimos en que necesitábamos servicios de Cable e Internet. Yo de Internet, Paty de Cable y, por alguna razón que desconozco, las empresas operadoras convinieron en que también necesitábamos teléfono fijo.
Convinieron en que necesitábamos este moderno aparato. |
De esa manera, en un par de días analicé el mercado y di cuenta de que teníamos dos alternativas:
En primer lugar teníamos el paquete Chori Movistar, que ofrecía 68 canales de cable, Internet de 2Mbps y 30 minutos de teléfono fijo. Todo al costo de 69 soles el primer mes y, a partir del segundo, 130, excluyendo el gasto de instalación, que eran 70 soles. Así que, en resumen, siempre había que pagar 130.
En segundo lugar estaba el paquete Claro, que ofrecía 90 canales de cable, Internet de 2Mbps y 60 minutos de telefonía fija. Todo al costo de 69 soles los dos primeros meses y, a partir del tercero, 130 y sin cobrar instalación.
A pesar de las evidentes ventajas del plan Claro optamos por Movistar por una razón un poco caprichosa: Telefónica tenía un canal llamado "Plus Tv" que era el favorito de Paty y, por desgracia, era exclusivo. Así pues, contratamos servicio llamando al 104, que es el canal oficial de Movistar para hacer todo tipo de gestiones.
A Paty le dijeron que la instalación la realizarían a partir del séptimo día de solicitado el paquete, ya que Osiptel (Organismo de Supervisión de Inversión Privada en Telecomunicaciones) establecía que podía hacerse hasta en 15. Yo recordaba que en Claro me dijeron que esto se llevaba a cabo en dos días, pero me quedé callado pensando que a lo mejor era una de esas mentiras auspiciosas que se dicen cuando se vende un producto.
Naturalmente, esperamos los siete días y luego los quince y no nos habían instalado ni un tornillo. Así que Paty llamó (lo hizo ella porque era la que contrataba el servicio, de lo contrario el tema no se habría llevado con tanta elegancia) a los de Movistar para preguntar qué había pasado. Para sorpresa nuestra, en la empresa le respondieron que en el sistema no se había registrado ningún pedido a su nombre.
Con un poco de rabia contenida, Paty se esforzó por tratar bien a los señores del 104 y les volvió a hacer la solicitud (llamada que se prolongó durante toda nuestra cena). Sin embargo, cuando estaban procesando el pedido, le dijeron: "Lo sentimos, no estamos ofreciendo servicio en la zona especificada"; lo cual resultaba raro, puesto que vivíamos al costado del almacén central de Movistar y todos los días veíamos a sus operarios instalando equipos en departamentos vecinos.
Con gran desazón decidimos volver sobre nuestros pasos y contratar el paquete Claro, no sin antes quejar a Movistar con Osiptel por la demora de la instalación y por la mala información brindada. Cosa inútil: resulta que en Osiptel nos dijeron que había que presentar primero un reclamo en en la empresa operadora y que esto debía hacerse de forma personal y por escrito. Comprensiblemente, Paty me dijo que no tenía tiempo para salir del trabajo y hacer toda la gestión. Así, pues: Movistar se quedaría impune.
Ahora bien, el lunes de la tercera semana del suplicio, justo antes de que Paty se comunique con Claro, la llamaron de Movistar para decirle que -ahora sí- tenían servicio y que ya podía efectuar su pedido. Paty, avivada por el recuerdo de su canal favorito "Plus Tv", realizó la solicitud sin consultarme, esperando de todo corazón de que ahora las cosas se den.
Pero no fue así.
Pasaron siete días y cuando le pregunté (o recordé) si había llamado a Claro, ella me confesó todo con lagrimas en los ojos. Muy a nuestro pesar Telefónica otra vez hacía de las suyas. Y es que, vencido un nuevo plazo de 15 días, Movistar no nos había instalado nada.
Paty, ahora sí enfadada, llamó a reclamar al 104. La respuesta fue confusa: "No hay cable en esa zona. Si quieren poner el servicio, tienen que hacer un nuevo pedido para que instalen antenas parabólicas. Las antenas tienen un valor adicional junto con los "decos". En total saldría 130 soles aparte de la instalación y esto será debitado de sus futuros recibos".
Tan hastiados estábamos ya de telefónica y sus mecanismos fraudulentos que aceptamos los términos con la condición de que se instale todo a la brevedad, porque ya teníamos más de un mes (35 días en total) solicitando sus servicios. De ese modo, por fin aquel sábado vinieron.
Hasta en España: FACUA Elige a Movistar la peor empresa del año http://bit.ly/1NAXciH |
Todo ocurrió en 5 minutos. Los técnicos analizaron las instalaciones del edificio y me dijeron: "señor, sí hay cable. No le podemos instalar las antenas". Yo les respondí: "muy bien, no lo hagan. Mejor pongan el servicio normal y así nos ahorramos el costo de esos aparatos". Ellos me contestaron con gravedad: "No se puede. Tiene que deshacer el pedido llamando al 104 y esperar 30 días para que se procese la cancelación. Recién entonces podrá extender una nueva solicitud. De lo contrario le van a cobrar este mes como si ya le hubiéramos instalado las antenas".
Deshicimos el pedido pensando mandar al carajillo a Movistar.
Sin embargo, en la agencia de Movistar nos trataron muy bien y acabaron por alentarnos a volver a tentar la instalación. Nos dijeron que cuando se llama al 104 siempre ocurren esas cosas. Que si hacíamos la solicitud mediante un ejecutivo de ventas de Piura, la iban a sacar adelante lo más pronto posible. De hecho, se comprometieron con Paty a que, si pagaba la instalación el sábado, le programarían el servicio para el miércoles de todas maneras (lo que es más: ya estaba anotado en el sistema).
Fui a pagar la instalación el sábado y esperé una hora entera para hacer el abono porque, paradójicamente, en la única caja donde se podía pagar la cuenta (me explicaron que tenían una impresora con tinta especial que brillaba en la oscuridad o no sé que mierda) no había sistema.
Joder.
Naturlamente, llegó el miércoles y no nos instalaron un carajo. Paty ya no quiso ni llamar. Agotada, hastiada y perturbada, al fin, sólo quería dejar pasar el asunto que tantas penurias nos había causado. "Esperemos los siete días que dan de plazo", propuso.
Pasaron 7 días y nada. Entonces, y ya adelantándonos a la posible respuesta de Movistar, decidimos completar los 15 días establecidos por Osiptel (vale mencionar que, hasta el momento ya habían trascurrido 50 días desde que hicimos la primera solicitud).
Por fin llamaron a Paty. La respuesta fue más que definitiva: "Lo sentimos, no se va a poder instalar el paquete internet-cable porque la zona donde vive está saturada. Su pedido ha sido suspendido". En ese momento yo me encontraba como el Joker de Heath Ledger, aplaudiendo...
Así pues, ante la infinita eficiencia de los amigos de los que son más y pagan menos, por fin fuimos a Claro a pedir el servicio, no sin antes hacer las respectivas quejas en Telefónica. Paty se las tuvo que soplar. Pero no era para menos. Le dije que hiciera 4 reclamos separados y no uno, como bien quería Telefónica, probablemente para responder alguna mierda que no sabe a nada como "Sentimos que haya experimentado ciertas deficiencias en nuestros servicios de atención, en Telefónica del Perú nos esforzamos por brindarle cada vez un mejor servicio. Buen día".
A la fecha, vamos esperando 3 días desde que hicimos la solicitud en Claro. No hay internet, no hay cable, no hay teléfono. Tampoco se sabe nada del dinero que aboné para los gastos de instalación en Movistar.
Lee la segunda parte aquí.
1 comentario:
Movistar... es el Alan García de los servicios de telecomunicación, todos se quejan de él pero lo siguen eligiendo.
Róbale internet a algún vecino, y si te descubren, muéstrales este post.
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