lunes, 20 de julio de 2015

El ocaso de Asuka


Asuka bosteza mirando la ventana

y el sol va trepando por mi balcón.


Obstinada,


le da la espalda a la luz creciente


y me quita el sitio de la almohada.


En la mesilla dos libros discuten entre ellos

y el oso de peluche no puede evitar reír.



Asuka me mira fijamente,

adivino lo que me quiere decir:

que el edredón se ha vuelto aún más grande,

que echa de menos el sonido de una voz,

los aromas de soja y avena

y de ensaladas de atún que ya no hay.


El oso de peluche cierras los ojos y canta:

I need the darkness, someone please cut the lights.




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