lunes, 23 de marzo de 2015

Érase una pesca, un concierto con strepper y una rubia asustada

¡Buenos días a todos! 

          Paso después de varios días por acá, al igual que mis compañeros que deben estar piteando y por eso siento un zumbido en mis oídos. O también puede ser mi consciencia que me hace sentir culpable por mi escasa participación en las últimas dos semanas.
Pero bueno ya estoy aquí, trayendo un nuevo post para esta semana, para este post no traigo la breve reseña de un viaje, no suelo hacerlo tanto como quisiera. Sé que querer es poder, lástima que mis poderes no cubren el coste de pasajes y estadía en hoteles, sin mencionar las comidas y el tiempo que dejo de generar ingresos, por generar gastos. Me vuelvo a desviar del tema, así que querido diario vengo a comentarte una pesadilla que tuve hace dos o tres noches.
Aquella noche como siempre, después de la jornada laboral, procedí a quitar el sudor y olor con el que el verano adorna mi cuerpo todos los días, para retirarme a mi cuarto a escribir unas cuantas cosas, leer algunos blogs y checar Facebook and Twitter. No tarde en caer presa del escozor de unos ojos arenosos, supongo que sandman estaba acosando detrás de ventanas oculares reclamándome a su mundo. Así que como de costumbre busque una de mis series españolas favoritas y procedí a la reproducción de uno de sus videos, para que me arrullara en la búsqueda de un sueño agradable.
Fue uno de esos sueños múltiples o sueños segmentados, como una obra que se presenta en distintos actos pero que no suele guardar demasiada relación con su predecesor o antecesor. Estaba a orillas de un lago pescando con mi hermano, cosa rara ya que de entrada mi hermano y yo no tenemos ni puta idea de pescar. Sin mencionar que nuestra definición de pescado es lo que encontramos en el mercado o lo que madre trae ya del mercado. El caso es que mi hermano estábamos ahí, conversando de alguna tontería mientras esperábamos algún tirón del cordel que nos indicara que habíamos tenido suerte.


Justo en ese momento de risa fraternal, fue cuando todo pasó. Una corazonada invadió mi ser y me indico que mi hermano y yo debíamos salir de ahí cagando leches, algo muy gordo estaba por ocurrir y estábamos en el lugar correcto para mandarnos a la mierda. Mi hermano entre risas no presto mucha atención, pese a que me puse de pie de forma sorpresiva y con los ojos como platos.
El día no tardó en darme la razón,  la tierra se empezó a sacudir y ondas se dibujaron en el lago, que parecían querer alzarse imposiblemente sobre su pequeño espacio. Armando, mi hermano, no tardo en ponerse de pie y junto a mí emprendió la carrera lejos de aquel lugar, pero no fuimos demasiado veloces.
Tan pronto como empezamos a correr algo exploto bajo las aguas, desencadenando una serie de eventos que ninguno de los esperaba.  Una fisura tan ancha como un cilindro se empezó a abrir en el suelo accidentando, creciendo en dirección a nuestros no muy veloces pies. Pero nuestras esperanzas de salvación se terminaron de romper justo cuando un árbol se derrumbó sobre su sitio, bloqueando nuestro avance, e inmediatamente cuando corríamos para rodearlos, el suelo bajo mis pies desapareció.
Armando pudo saltar asustado, cayendo sobre el árbol que se mantenía como una isla sobre la fisura, gracias a su gran longitud. Pero yo caía y caía en la oscuridad, en un grito que no termino de brotar de mis labios y justo cuando pensaba que iba a golpear el oscuro fondo, abrí los ojos.
Me vi rodeado de gente y estaba en un recinto más grande del que hubiera visto en mucho tiempo, la luz del sol nos bañaba a todos. Noté la algarabía de la gente que me rodeaba las sonrisas de hombres y mujeres, como en una especie de concierto de música electrónica, y de algo así se trataba pues el sonido fue lo que llego después. La gente más próxima a mi sitio me tocaba la espalda animosamente, mientras las chicas se reían según los chascarrillos que soltaba el animador de la fiesta.
Entonces fue cuando solicitaron desde la tarima un hombre del público, miles de manos parecieron golpear mi espalda empujándome hacía adelante. Y la emoción se desencadeno en jalones que terminaron por ponerme justo en las escaleras que subían al escenario, para instantes siguientes estar al lado de un animador español. Fue entonces cuando caí que estaba en España, pero mientras mi cerebro procesaba la información que recibía, sin prestar atención a lo que decía el ocurrente animador.
-Y con ustedes Amador Rivas y su Mandanga Style – anuncio y miles de voces vitorearon eufóricas.
El sonido de una parodia del Gangnam Style empezó a vibrar en los gigantescos parlantes. Un tipo con un aire a Bardem apareció en el escenario y contrariamente a su típico baile estúpido, empezó a bailarme a mi mientras se desnudaba, mismo strepper, mientras mis ganas de salir corriendo de aquel lugar aumentaban, menos prendas tenía aquel sujeto, y cuando pensé que lo peor se acercaba todo acabo con un aplauso, para continuar en una despedida general del anunciador, que gritaba que era el final de evento. Baje del escenario conmocionado por lo sucedido, deseando que ninguno de mis amigos hubiera visto aquello, cuando el grupo que me rodeaba minutos antes se acercó a mí.
De entre ellos una rubia se arrojó hacia mí, enredando sus brazos en mi cuello mientras plantaba unos labios carnosos sobre los míos, dándome un apasionado beso que concluyo en risillas por el show en el que me habían metido minutos antes. Yo no entendía muy bien aquello, estaba seguro de que en mi vida había visto a esos jóvenes, y mucho menos a aquella rubia de labios tentadores y unos ojos que te paralizaban.



-Vamos, cari – dijo la muchacha juguetonamente, mientras me arrastraba a las puertas de salida de aquel recinto.
El resto del grupo desapareció en cuanto ella y yo llegamos a las calles, una serpenteante red de veredas y asfalto surgió ante mí, lleno de escaparates que nunca había visto, al menos no en mi ciudad. La rubia se colgaba de mi brazo, y cuando desvié por un momento mis ojos de su rubia melena caí en una nueva sorpresa, como si tuviera pocas. Otro hombre me miraba desde mi reflejo en los escaparates.
Exactamente, no era yo, era un tipo demasiado distinto, un par de palmos más altos y más delgado. Dos esmeraldas reemplazaban mis habituales ojos marrones, y unas facciones bajo las cuales mi padre se hubiera planteado dudas sobre la paternidad, y hasta yo. Mientras el asombro seguía devorando mis sesos, el paisaje se desfiguro, los edificios empezaron a envejecer, hasta desaparecer y un nuevo paisaje empezó a crearse ante cada nuevo paso que dábamos.
La rubia parecía un poco sorprendida al igual que yo, aunque tal vez no por la misma cantidad de sorpresas, mientras que el paisaje terminaba de plantarse frente a nosotros. Un árbol rodeado de un charco de agua sucia, mientras miles de ramas amontonadas montaban pequeñas montañas alrededor de todo, justo sobre eso estábamos parado. La chica de cabello dorada recogió una de las ramas que era tan gruesa como su brazo y formulo la pregunta ante aquella rareza.
-Dicen que esté es el sitio al que apuntan todos los demonios de nombre Gabriel – dije, con voz reverberante, una voz tan impropia de mí y, por los ojos como platos de la muchacha, del cuerpo que ahora ocupaba -. Este es nuestro pequeño infierno, nuestra casa y nuestro último recinto y todas las almas que se reúnan en nuestras redes perecerán.
El miedo subió por mi garganta, y podía ver el mismo sentimiento reflejado en los hermosos ojos de la muchacha que parecía congelarse en su sitio, incapaz de huir, Mi voz seguía distorsionándose pronunciando palabras oscuras que jamás me imagine, mientras intentaba llevar mis manos hacia mi boca, pero mis manos apuntaban hacía la chica. Y justo cuando más miedo sentía desperté.

Lo edite un poco, como a muchos a mí los sueños me empiezan a desaparecer de la memoria poco después de despierto, pero es casi un 90% fiel de la pesadilla original. Bueno ahora me despido y les deseo un gran fin de semana a todos.

3 comentarios:

Jonatan Melquiades dijo...

"Este es nuestro pequeño infierno, nuestra casa y nuestro último recinto y todas las almas que se reúnan en nuestras redes perecerán" Eso me ha gustado mucho, creo que lo imprimiré y lo pondré en la entrada de mi casa.
Por otro lado Freud haría incapié en la cantidad de metáforas que evocan simbologías fálicas en tu pesadilla, y diría que la rubia es en realidad... un pene XD

Gabriel Ch. García dijo...

Eres de lo peor XD. Aunque ya veía venir este tipo de comentarios.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.