¡Buenas noches, queridos amantes
de los blogs!
Llevo mucho tiempo sin escribir
nada por aquí, vamos que tengo la parte escrita un tanto descuidada
últimamente. Los estudios me distraen más que mis actividades de ocio más recurrente,
debido en gran parte a que ya falta prácticamente un semestre para acabar la
carrera ¡Yuju!
Bueno que me desvió del tema para
variar y luego don Aguirre me regaña. Hoy vengo a hablarle de tres películas
que me encantan y no me canso de repetir. Películas que si encuentro en la TV
dejo de lado la agenda que tengo por delante para sentarme a verlas, empezar o
terminar según sea el caso, o disfrutarlas en su totalidad.
Empezaremos con una que justo
estoy repitiendo en este momento. Billy Elliot (2000). Está película la encontré
hace como 10 años por cable, iba casi por la mitad o menos, y mi curiosidad se despertó al ver a un niño ensayar
ballet en una clase repleta de niñas. Vamos que casi cambio de canal, pero mi
curiosidad de hacia dónde apuntaba la película me pudo más y termine sentándome
a ver lo que estaba por venir.
Billy Elliot es nada más y nada
menos que la historia de superación de un niño que no ha conocido nada más allá
del machismo y prejuicios planteados por una familia desestructurada. Llena de
momentos, a pesar de la cruda situación familiar de Billy, risibles y
enternecedoras, sin mencionar el momento en que el padre por fin abre los ojos
y confronta al hermano gruñón de Billy, un momento que me arranca las lágrimas.
Una banda sonora que se te queda grabada mucho después de ver la película, que
si bien no es una de las más laureadas en el género del cine, cumple su papel
maximizando las emociones que los actores intentan transmitir. Podría hablar más de esta película pero solo lograría
un post algo soporífero y no es mi intención. Demás esta añadir que recomiendo
la película para aquellos que no la han visto.
La segunda película es la Lista
de Schindler (1993), película protagonizada por Liam Neeson. La cinta está
basada en la historia del empresario alemán Oskar Schindler, que salvo 1100
judíos polacos durante el holocausto. La película está acompañada de excelentes
actuaciones y producida y dirigida por Steven Spielberg. En primera instancia
vemos a un Schindler oportunista que aprovecha la desgracia que atraviesan los judíos
para hacer uso del dinero de estos para comenzar sus coqueteos empresariales
con el partido Nazi. Con el tiempo se ve como un hombre por muy frívolo que sea
no puede afrontar semejantes atrocidades como las que se vivieron en aquel
entonces, sin quebrarse. Es ese punto de quiebre de Oskar Schindler el que lo
convierte en un símbolo de esperanza entre los que después serian conocidos
como “Los judíos de Schindler”.
Una película llena de momentos
emotivos, crudos que trastocan más allá de los sentimientos del espectador, que
invitan a momentos de reflexión y que nos muestran el otro lado de la Alemania
de la segunda guerra mundial, a aquellos pocos alemanes que aun conservaban su
humanidad y que intentaban nadar en contra de la corriente, a su manera,
arriesgando sus propias vidas por las de alguien más, por un bien mucho mayor.
Y hay una frase que siempre me quiebra en esta película “Quien salva una vida,
salva al mundo entero”.
La tercera película (tenía razón
en no mencionar a más de tres). La vida es bella (1997). Película que también transcurre,
en parte, durante el holocausto. Protagonizada y dirigida por el talentoso
Roberto Benigni quien encarna a Guido, un personaje ocurrente y risueño, que
llena de gracia las situaciones más grises, y no por una falta de
responsabilidad, sino más bien por el simple hecho de no dejar desesperanzarse
a quienes le rodean. Algo así como al mal tiempo buena cara, pero al estilo de
Benigni o de Guido en este caso.
Momentos oscuros y emotivos
acompañan las divertidas gracias de Guido, quien se revela contra las
calamidades con una sonrisa, con esperanza, aun en los peores momentos. Cada
uno tiene sus maneras de luchar contra las adversidades, cada uno tiene un
estilo único, el estilo de Guido es uno de aquellos poco recurrentes, uno de
aquellos que aun logran hacer que los niños y los hombres sueñen por igual, con
el “La vida es Bella”.
Bueno espero no haberlos aburrido
y ya nos leeremos en otra ocasión, y está vez mucho antes de lo que imaginan.
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